Por tercer año consecutivo, el Barça consumó otro ridículo histórico en la Champions. Cuando parecía que lo de Roma y Anfield no podía superarse, en lo negativo, llegó la otra noche mucho más humillante que las otras dos anteriores. El Bayern aplastó al Barça con un contundente 2-8, un resultado nunca visto en la historia reciente, no solo del Barça, sino de toda la competición. Los jugadores que han dado la mayor gloria a este club ofrecieron una imagen indigna para un club centenario como el Barça. “Somos el Barça, el mejor equipo del mundo”, repitió una y otra vez Vidal en la previa, pues ese Barça al que se refería ya es historia. La humillación de hoy para los culés es la más dolorosa en muchísimos años.
Atenazado por la espectacular racha con la que llegaba al choque el Bayern -26 victorias y un empate-, y tras mostrar su máximo respeto por él en la previa del duelo, Setién optó por reforzar el centro del campo con cuatro jugadores (Busquets, De Jong, Sergi Roberto y Vidal) y sacrificar arriba a Griezmann. La apuesta, de entrada muy conservadora, la acabará costando el puesto.
Y eso que el Barça empezó avisando. A los tres minutos, Sergi Roberto centró desde la derecha y a punto estuvo de cazar el balón Suárez, pero Neuer se anticipó. La vía de aguas del Barça se abrió atrás por el flanco derecho. En la jugada siguiente, Müller adelantaba al Bayern aprovechando un centro de Perisic. Le dio tiempo a controlar, cambiar el balón de pie y cruzarlo para poner el 0-1.
Pronto reaccionó el Barça, que a los dos minutos igualaba el encuentro gracias a un gol en propia puerta de Alaba. El central le marcó a Neuer tras un gran pase largo de Busquets a Alba y el centro del lateral lo metió el defensa bávaro. El tanto revitalizó al Barça, que sufría atrás, pero se plantaba con facilidad en el área de Neuer. Suárez tuvo el 2-1 dos minutos después, pero no acertó a rematar un gran centro de Semedo que Neuer lo desbarató a córner. Con el Bayern ‘groggy’, Messi estrelló un balón al palo con un centro chut que sorprendió a toda la defensa del Bayern. En el minuto 20, el propio Messi aún tuvo otra ocasión clara. Hizo un slalom de los suyos pero chutó muy flojo. Fue un espejismo.
A partir de ahí, empezó el huracán del Bayern, que logró tres goles en solo nueve minutos, acompañado de un festival de errores del Barça. Sergi Roberto inició la carrera perdiendo un balón en la zona de tres cuartos que Gnabry lo cedió a Perisic, que entrando por la izquierda batió a Ter Stegen. El propio Sergi Roberto trató de desquitarse de su fallo con un gran centro al área del Bayern, que Boateng despejó a córner.
Ter Stegen, en la peor primera parte que se le recuerda de azulgrana, metió una mano y dejó el balón muerto en el área que casi cuesta otro gol.
En el 28, una gran triangulación entre Thiago-Goretzka y Gnabry, acabó con el gol de éste último tras ganarle la espalda a Lenglet y batir a Ter Stegen.
Con el Barça hundido, nervioso e impreciso, incapaz de salir de la brutal presión germana, Lewandoski a punto estuvo de anotar el cuarto un minuto después, pero Ter Stegen esta vez sí estuvo acertado. Pero el Bayern tenía prisa y en el 31 llegó el 1-4, acompañado de otro regalo culé. Semedo, que cubría un balón al lado del área, vio como Lewandowski le robaba la cartera, centró al otro lado, el balón lo recogió Perisic, que centró desde la derecha para que Müller lograra su doblete. Con 1-4 llegó el descanso.
Obligado a intentarlo, Setién dejó en el vestuario a Sergi Roberto para que entrara Griezmann. Pero nada cambió. Al contrario. Empeoró y mucho. Salvo el espejismo con el gol de Suárez, que rompía su sequía de cinco años lejos del Camp Nou sin marcar, llegaron otros cuatro goles más del Bayern. Davies dejó en evidencia a Semedo y puso el balón a Kimmich para que anotara el 2-5. Luego llegó el de Lewandowsky y un doblete del azulgrana Coutinho, que entró en los instantes finales y anotó el 2-7 y el 2-8.