330 días después, Marco Asensio volvió a sentirse futbolista y lo hizo a lo grande, marcando un gol en el primer balón que tocó. Tras casi un año en el dique seco, el extremo mallorquín vio por fin ante el Valencia la luz al final del túnel de su calvario, una pesadilla que empezó una calurosa noche de verano en el FedExField Stadium de Washington. El ‘20’ blanco ha entrado en sustitución de Federico Valverde en el minuto 73 y marcó un gran gol de volea para poner el 2-0 en el marcador cuando apenas llevaba 30 segundos sobre el terreno de juego.
Aquel 23 de julio, Asensio entró en el descanso en sustitución de Hazard y comandó la reacción del Madrid contra el Arsenal. Fue clave en el gol de Gareth Bale y anotó otro tanto en los escasos 15 minutos que transcurrieron hasta el instante fatídico en que todo se fue al traste.
En un disputa aparentemente sencilla con Aubameyang, Asensio intentó proteger el balón ante la presión del delantero gabonés pero su rodilla izquierda cedió irremediablemente. Los gestos de dolor del ‘20’ blanco, llorando y pegando puñetazos al césped, hicieron presagiar lo peor. “Tiene mala pinta”, apuntó Zidane en la rueda de prensa. El diagnóstico posterior confirmó la gravedad de la lesión, una de las más delicadas para los futbolistas: rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco externo de la rodilla izquierda.
El tiempo de baja estimado, entre 6 y 8 meses, se ha estirado hasta los casi 11 meses debido a la pandemia de coronavirus que paralizó el mundo. Cuando encaraba la recta final de su recuperación, ya en marzo, el Madrid canceló los entrenamientos y mandó a sus jugadores a casa con un plan físico específico para cada futbolista. Un palo para Asensio, que quería reivindicarse a toda costa esta temporada después de que el curso pasado rayara a un nivel muy bajo.
Hoy contra el Valencia, exactamente 331 días después, Asensio se ha vuelto a vestir de corto con la casaca blanca y ha podido jugar el último cuarto de hora largo de partido.