El futuro del Real Madrid y el PSG pasa por Kylian Mbappé, pero existen varias variantes a tener en cuenta pensando en como puede recalar el delantero por el Santiago Bernabéu. Fayza Lamari encuentra un problema en el vestuario. No será sencillo salir de este.
Fayza Lamari no tendrá todavía su nueva licencia UEFA, pero sigue siendo una figura clave en el caso Kylian Mbappé. La madre del delantero del PSG encuentra un problema en el vestuario para llevar a su hijo al Real Madrid. Muchas actores se unen a solo unas semanas donde el culebrón del siglo llegue a su fin.
Se habla muchos por estas semanas de como encajaría Mbappé en el Bernabéu, de cómo sería adaptación e un vestuario sin divas en el último tiempo y a un esquema donde Vinicius tiene asegurado su lugar por banda. Pero dicho hecho no se repite a la hora de hablar del presente de Kylian por un PSG donde su comodidad puertas adentro de la entidad es gigante en todos los sentidos.
La realidad es que el hijo de Lamari se siente más identificado que nunca con el vestuario que comanda Luis Enrique. Tiene más amigos que nunca, los fichajes han sido hechos a su medida y por encima de todo existe una comunión donde no hay que aguantar a los Lionel Messi o Neymar haciendo nuevos clanes que incomodan a Kylian. La tranquilidad de saber que reina sin aspirantes a su trono es un tema que ni mucho menos no hace eco en el club blanco.
Le quieren si o sí en julio
“Hermano, no te vayas, aquí haremos grandes cosas juntas”, le repiten constantemente a Kylian Mbappé sus amigos como Ousmane Dembelé. Hablamos de una petición que ha cogido por sorpresa a Fayza Lamari y que ahora sabe que tiene que lidiar con este nuevo obstáculo para conseguir llevar a Kylian al Bernabéu desde el mes de enero. No olvidemos que este es el límite marcado por el club blanco en todos los sentidos.
Este sigue siendo el verdadero sueño del jugador desde que era niño, la hoja de ruta trazada cuando por primera vez el Madrid se interesó en sus servicios. Fayza Lamari sabe que la parte humana será clave en el futuro de un jugador que desde el 1 de enero es agente libre y que no solo valorará el dinero cuando llegue el momento de decidir entre un futuro ligado a títulos o todo el dinero del mundo.