El verano pasado, Mbappé dejó plantado a Florentino para renovar por el PSG. Sucumbió a los petrodólares, pero se arrepintió casi al instante.
Hace un año, todo estaba dispuesto para la llegada de Mbappé. Acababa contrato y le había dado su palabra a Florentino de que no iba a renovar para poder fichar por el Real Madrid.
Sin embargo, a última hora cambió de opinión y decidió quedarse en el Parque de los Príncipes. Sucumbió a la millonada que le pusieron encima de la mesa y defraudó al presidente madridista. (El gran cabreo del PSG con Florentino)
No era el mismo jugador con el que había hablado y le había confirmado que ficharía. Era otro diferente, que pensaba más en otros intereses que en cumplir el sueño que siempre tuvo.
Pero, algo debió hacer click en su cabeza. Hemos conocido que un par de meses más tarde se arrepintió de la decisión e informó al club mediante una carta de que no renovaría más allá de 2024.
Ha tenido un año para recapacitar, para sumir su error y sobre todo para volver a ser el Mbappé de Florentino, algo que lo ha vuelto a ser, entre otras cosas porque persigue una meta.
Kylian quiere ser el mejor jugador del mundo y ganarlo todo, pero ha visto como en el PSG es imposible. Le han lastrado con las pésimas actuaciones que han hecho en Champions y eso le ha dolido, porque ha visto como Haaland sí tenía la repercusión necesaria.
Pero también quiere ser el Balón de Oro y sabe que por muy bien que lo haga en París, sólo lo podrá lograr en el Real Madrid. Tiene ese sueño y ahora sí está decidido a cumplirlo.
Ha visto a Cristiano Ronaldo, Modric o Benzema ganarlo con la camiseta blanca, y sabe que él puede pasar a formar parte de esa lista, pero sólo podría hacerlo en el Bernabéu.
Siente que si sigue en París nunca lo conseguirá, por lo que ha dado un paso atrás, ha vuelto a recapacitar, y nuevamente es el Mbappé de Florentino, ese que quería en el equipo.