El Barcelona ahora mismo es un polvorín, sobre todo después de que el Girona le sacara los colores en el estadio Olímpico Lluís Companys.
Los dirigidos por Xavi Hernández siguen sin levantar cabeza, especialmente porque anoche se demostró que sin los ‘errores’ arbitrales no son nada futbolísticamente, pese a los discursos del de Terrasa.
Sin embargo, el entrenador culé está al borde del precipicio, más aún tras sus últimas declaraciones en rueda de prensa, que, como era de esperarse, sorprendieron a propios y a extraños.
«Este es un Barça en construcción. Sigo siendo positivo, confío en el equipo, pero tenemos un rival extraordinario y hoy nos ha salido cruz, pero podría haber salido cara. Hay que seguir por el camino y no dudar», expresó el técnico azulgrana.
Esta reflexión de Xavi busca echar balones fuera y no asumir responsabilidades, aunque ya sabe que las próximas semanas serán claves en su futuro.
Si el Barcelona no gana la Supercopa de España, si la gana el Real Madrid y, sobre todo, si el club blanco le gana la final a los culés superándoles y haciendo que den una mala imagen, el entrenador azulgrana estará en la rampa de salida.
Una buena actuación de Jude Bellingham como en el Clásico del estadio Olímpico Lluís Companys dejaría a Xavi Hernández más amenazado que nunca y con opciones de ser despedido porque su trayectoria está yendo claramente a menos.
Esto lo sabe el técnico del Barcelona, así como sus colaboradores más cercanos, por lo que intentarán apretar aún más a la plantilla, ya que la temporada se les está yendo de las manos.