La planificación deportiva de la junta directiva liderada por Florentino Pérez, determinado a garantizar un relevo generacional de calidad e inmediato, afronta sus últimos pasos
El Real Madrid está cada vez más cerca de conseguir uno de los onces iniciales más ‘aterradores’ del fútbol europeo de élite. Si bien la inclusión de Jude Bellingham ha significado un importante salto de calidad para la plantilla entrenada por Carlo Ancelotti, el míster de Reggiolo contaría con más refuerzos para el próximo mercado de verano: Kylian Mbappé es el nombre que más ‘suena’ en ese sentido.
Colocando al atacante de Bondy como el ‘9’ de una formación 4-3-3, el entrenador transalpino blanco podría alinear a once futbolistas de la máxima excelencia deportiva. En la portería, Thibaut Courtois. El ‘1’ belga llega a la próxima temporada totalmente recuperado de las dos lesiones que ha sufrido durante la presente temporada, unos ‘parones’ que no le han impedido regresar a su mejor nivel.
La defensa estaría conformada por Dani Carvajal, Antonio Rüdiger, Éder Militão y Eduardo Camavinga. Si bien es cierto que el ‘12’ ha manifestado en repetidas ocasiones que no le gusta jugar de lateral, su movilidad en aquella demarcación le dejaría mucho recorrido para instalarse en el centro del campo durante las acciones de ataque.
Colección de estrellas
El centro del campo quedaría cubierto por Tchouaméni, Bellingham y Fede Valverde: este grupo de mediocentros recibiría el apoyo ocasional de Camavinga, juntándose con un Tchouaméni que actuaría como pivote. La banda derecha quedaría asignada al ‘15’ charrúa, mientras que el ‘5’ inglés buscaría combinaciones con sus compañeros en la zona izquierda.
El tridente de ataque, liderado por Vinícius, contaría con dos extremos verdeamarelos: el propio Vinícius y su compañero Rodrygo Goes. Ambos han trabajado de forma excepcional esta temporada como delanteros, pero sus capacidades de cara a la portería contraria aumentarían considerablemente con la llegada de Kylian Mbappé como agente libre. Este once inicial es prácticamente imparable… se mire por donde se mire.