Vinicius Junior señala y besa el escudo de la camiseta después de cada gol. Es su manera de declarar su amor al Real Madrid, club que le ha calado desde el mismo día que estampó su firma en el contrato, en 2017. Flamenguista de cuna, dicen en Valdebebas que parece nacido en Chamartín por su pasión por el Real Madrid, equipo al que llegó cantando el himno de la Décima, como su compañero Rodrygo. De un tiempo a esta parte, el Madrid se encarga de cuidar todos estos detalles, sobre todo con los fichajes de los chavales más jóvenes.
El caso es que la afición sabe que Vinicius es un jugador con un gran sentimiento madridista. Ha renunciado a todas las propuestas que ha recibido, no ha pedido un aumento en cuatro años pese a tener uno de los sueldos más bajos de la plantilla y también ha dejado claro al Madrid que no va a haber ningún problema con su renovación. Es más, la ha emplazado sin rechistar al final del curso por petición del propio club, centrado en la llegada de Mbappé y Haaland. Tampoco pone pegas a la llegada de más galácticos. Quiere jugar con los mejores.
Por todos estos detalles, Vini es uno de los jugadores más queridos por Florentino Pérez. Lo es desde antes que explotara su faceta goleadora y lo es aún más por gestos como el que protagonizó ante el Valencia, un detalle que no pasó inadvertido para el Bernabéu. Buscaba Vinicius a la carrera un balón que al final se perdió por la banda y pegó un gran salto el brasileño para no pisar el escudo del Madrid que está en el suelo. Porque como dice Vini, «el escudo del Madrid se besa, no se pisa». Se trató de un gesto instintivo, no tribunero, algo que a Vini le salió de manera inconsciente. Lo hace también cuando va con la selección brasileña, intentando no pisar el escudo de la CBF. Una señal de respeto para las entidades a las que defiende, dentro y fuera del campo.