La Superliga está a la orden del día y en el epicentro de toda la información. Se ha presentado un nuevo proyecto, mucho más atractivo y cuidado, y a los haters de la competición se les acaban las excusas. Desde Defensa Central hemos tenido acceso a una de las grandes bases que habrá en el futurible torneo: el Fair Play Financiero.
Decían que la Superliga estaba muerta y era un proyecto de «barra de bar»… pero la realidad es muy distinta. Florentino Pérez, Joan Laporta y Andrea Agnelli se han mantenido fuertes y no han cedido ni un ápice de todo el terreno ganado. Hoy mismo han dado un paso de gigante (otro más) para que la competición sea muy pronto una realidad.
Bernd Reichart, CEO de la empresa de A22 Sports, ha anunciado los cambios del torneo y ha confirmado las primeras grandes premisas que retratan a la UEFA: un mínimo de 14 partidos por temporada, se protegerá a los jugadores y habrá un estricto Fair Play Financiero para evitar que la competición tenga un club mucho más poderoso que el resto. En la igualdad estará el quid de la cuestión. Espectáculo e igualdad. Es lo que se quiere en esta nueva Superliga que es la gran amenaza de los Ceferin y compañía.
La Superliga actual está en la Premier League. Manchester City, Liverpool, Chelsea, Manchester United… Todos los poderosos van a una (y de hecho se apoyan unos a otros, tal y como han querido hacer en una reunión reciente) a sabiendas de que lo que tienen en Inglaterra es lo que se pretende hacer en Europa próximamente. La realidad es que se pueden saltar sanciones a la ligera y que hay un gran agravio entre el Big Six y el resto. Y también hay una gran brecha con los Real Madrid, FC Barcelona, Juventus y resto de equipos del viejo continente.
Modus operandi con el FPF
Desde un principio será una competición abierta para todos. Incluso para los gigantes de la Premier y el PSG. Eso sí, deberán llegar limpios y libres de ese gasto que se marcará. Este periódico puede asegurar que no podrá superar, en ningún caso, el 10-15% del presupuesto total. Una vara de medir que se aplicará, de forma implacable, con todos los clubes.
Los equipos que vean como ese gasto neto supera dicho porcentaje del presupuesto tendrán 1 o 2 temporadas para regularizarse y sanear sus cuentas. A partir de ahí, si lo logran podrán entrar, mientras que si hay ‘trampa’ se quedarán fuera de la Primera División de la Superliga e incluso correrán el riesgo de ser expulsados… sea el equipo que sea.