El madridismo quiere soluciones para la próxima temporada que resuelvan los problemas que tiene la plantilla del Real Madrid. Esa ‘revolución’ soñada no tendrá lugar todavía, y podría verse obligada a esperar a 2022 si no acaba llegando Mbappé. En un año, otro gallo puede cantar…
Florentino Pérez puede crear un auténtico equipazo para la 2022-23 prácticamente a precio de saldo. Dependerá especialmente de lo que suceda este verano con Kylian Mbappé, ya que el fichaje del francés es prioritario a pesar de que solo le queda un año de contrato.
Si es posible, la operación se hará este mismo verano, aunque haya que desembolsar por él cerca de 150 millones de euros. Pero si el PSG se cierra en banda, el Madrid esperará un año para reforzarse y lo hará a lo grande: en 2022, los blancos pueden incorporar gratis a tres jugadores de presente y de futuro para recuperar la senda ganadora: el propio Mbappé, Goretzka y Camavinga.
Todos ellos acaban contrato en 2022, pero solo Mbappé puede acabar en el Santiago Bernabéu este mismo verano. No hay dinero para todos y el Madrid fiará su fichaje a que sigan sin renovar con el PSG, el Bayern y el Rennes respectivamente.
Haaland, la ‘guinda’ por 75 millones
Además de estos tres jugadores, el Madrid se lanzaría dentro de un año a por el fichaje de Erling Haaland, aprovechando la famosa cláusula de 75 millones de euros que figura en su contrato con el Borussia Dortmund a partir de 2022.
Es decir, el Madrid gastaría solo 75 millones y se reforzaría con cuatro futbolistas de nivel mundial, de presente y de futuro, en lo que supondría sin duda alguna uno de los golpes más bestiales al mercado en la historia del fútbol.
El Real Madrid no quiere tener que recurrir a esta estrategia al menos con Mbappé. Los casos de Goretzka y Camavinga no resultan tan urgentes como el fichaje del delantero francés. Los blancos harán todo lo posible por resolver su situación este mismo verano.
Sea como sea, Florentino Pérez puede coronarse en 2022 con un verano que recordaría al de 2009 en cuanto a incorporación de estrellas, aunque en esta ocasión haciendo de la austeridad su seña de identidad.